Resumen Ejecutivo
  Fan Zhang y Christian Borja-Vega
ACERCA DEL DEPARTAMENTO DE PRÁCTICA GLOBAL DE AGUA


El Departamento de Práctica Global de Agua, creado en 2014, conjuga financiamiento,
conocimientos y apoyo operacional en una única plataforma. Este modelo, que
combina los conocimientos mundiales del Banco con las inversiones de los países,
permite dar mayor impulso a soluciones transformadoras que ayudan a los países a
crecer de manera sostenible.


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ACERCA DE LA ALIANZA MUNDIAL PARA LA SEGURIDAD HÍDRICA
Y EL SANEAMIENTO

Esta publicación recibió el apoyo de la Alianza Mundial para la Seguridad Hídrica
y el Saneamiento (GWSP). La GWSP es un fondo fiduciario de múltiples donantes
administrado por la Práctica Global de Agua del Banco Mundial y respaldado por el
Departamento de Relaciones Exteriores y Comercio de Australia, el Ministerio Federal
de Finanzas de Austria, la Fundación Bill y Melinda Gates, el Ministerio de Relaciones
Exteriores de Dinamarca, el Ministerio de Relaciones Exteriores de los Países Bajos,
el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital de España, la Agencia
Sueca de Cooperación Internacional para el Desarrollo, la Secretaría de Estado para
Asuntos Económicos de Suiza, la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación,
el Departamento para el Desarrollo Internacional del Reino Unido y la Agencia de los
Estados Unidos para el Desarrollo Internacional.


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Agua para la
prosperidad
compartida

 Resumen Ejecutivo

    Fan Zhang y Christian Borja-Vega




                             PARTENARIAT MONDIAL
                             POUR LA SÉCURITÉ
                             HYDRIQUE ET
                             L'ASSAINISSEMENT
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1818 H Street NW,
Washington, DC 20433, EE. UU.
Teléfono: 202-473-1000;
sitio web: www.bancomundial.org

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  Este documento es el resumen del informe del año 2024 titulado “Agua para la prosperidad compartida”,
  que fue escrito por Fan Zhang y Christian Borja-Vega y se encuentra disponible en https://openknowledge.
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Este documento debe citarse de la siguiente manera: Zhang, Fan y Christian Borja-Vega (2024), “Agua para la
prosperidad compartida”, Banco Mundial, Washington, DC. © Banco Mundial.


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                 RESUMEN EJECUTIVO

En 1997, miles de personas se reunieron en el primer Foro Mundial del Agua realizado en Marrakech,
Marruecos, para abordar un problema urgente: la crisis de agua a nivel mundial. La reunión concluyó con
la Declaración de Marrakech, un compromiso que invitaba al Consejo Mundial del Agua a elaborar una
“Visión Mundial del Agua” para el siglo XXI. En 2024, miles de personas se reunirán en Bali, Indonesia, para
celebrar el Décimo Foro Mundial del Agua, en el que se abordará la misma crisis. Sin embargo, si la crisis
de agua ya era aguda hace casi tres décadas, en la actualidad su urgencia es aún mayor. El crecimiento
demográfico y económico, junto con la degradación ambiental y el cambio climático, han intensificado
la crisis de agua a nivel mundial de manera considerable, como señaló el presidente de la República de
Indonesia, Ir. Joko Widodo (Foro Mundial del Agua 2024).

Indonesia y Marruecos son países muy diferentes en muchos aspectos. Indonesia, el archipiélago más
grande del mundo, está rodeado de agua. En cambio, Marruecos se encuentra en parte ocupado por
el Sahara, el desierto cálido más grande del mundo. Sin embargo, el estrés hídrico es una realidad que
comparten estos países (y muchos otros). El Décimo Foro Mundial del Agua es una invitación a analizar
los problemas de agua colectivos en países tan diferentes como Indonesia y Marruecos, y a buscar
paralelismos entre ellos, pero también a encontrar soluciones efectivas. Estas soluciones deben beneficiar
a los agricultores rurales y los habitantes de las ciudades de todo el mundo. Deben estimular el crecimiento
económico, pero no se deben limitar solo a este aspecto. También deben mejorar la vida de la población
pobre y marginada, considerar infraestructuras inclusivas y adaptarse al cambio climático. Estas tareas
requieren acciones inclusivas, y por eso surge la idea del agua para la prosperidad compartida, el tema del
Décimo Foro Mundial del Agua.

En este sentido, “Agua para la prosperidad compartida”, el informe emblemático mundial del Décimo Foro
Mundial del Agua, una publicación conjunta del Banco Mundial y el Gobierno de Indonesia, tiene como
objetivo identificar los desafíos y riesgos relacionados con el agua a los que se enfrentan las poblaciones
más pobres y marginadas, así como orientar las políticas que mejoran la accesibilidad a este recurso y la
resiliencia climática, además de contribuir a aliviar la pobreza y fomentar la prosperidad compartida. Si
bien existen varios informes sobre el agua y el desarrollo, en éste se aborda una brecha de conocimiento
sobre la relación entre el agua y el crecimiento inclusivo.

Este informe hace tres grandes contribuciones: 1) ofrece un marco conceptual para ilustrar la relación
entre el agua y la prosperidad compartida; 2) presenta evidencias empíricas sobre las causas, el alcance
y los costos de las desigualdades en el acceso al agua, además de demostrar las disparidades en los
impactos de eventos climáticos extremos, como sequías e inundaciones, y 3) identifica políticas de
respuesta para mejorar el acceso al agua, fortalecer la resiliencia climática y promover la prosperidad
compartida en un planeta habitable.




                                                                                                    RESUMEN EJECUTIVO   iii
               POR QUÉ EL AGUA ES IMPORTANTE PARA LA PROSPERIDAD COMPARTIDA: MARCO
               CONCEPTUAL
               La prosperidad es multidimensional. En este informe, se describen cuatro componentes interconectados
               de la prosperidad: salud y educación (capital humano), empleos e ingresos, paz y cohesión social (capital
               social) y medio ambiente (capital natural). El agua determina la prosperidad a través de tres canales
               principales: como agua potable segura, como insumo esencial para diversos sectores económicos y
               como apoyo fundamental para los ecosistemas (gráfico ES.1).

               Salud y educación. El agua constituye un elemento esencial de la igualdad de oportunidades en los
               ámbitos de salud y educación. Numerosos estudios han establecido la relación causal entre un suministro
               de agua seguro y confiable y diversos aspectos de la salud (Andres y otros, 2018; Maccini y Yang, 2009;
               Shah y Steinberg, 2017). Sorprendentemente, por su impacto en la acumulación de capital humano, los
               efectos del acceso al agua y a los recursos y servicios de abastecimiento de agua, especialmente durante
               las primeras etapas de la vida, son duraderos y a menudo afectan a varias generaciones de personas y
               comunidades vulnerables. Por ejemplo, un episodio de sequía vivido en la niñez puede provocar que las
               generaciones siguientes caigan en la pobreza y la malnutrición (Damania y otros, 2017). Los niños que
               crecieron en hogares con acceso a servicios básicos como agua corriente y saneamiento no solo tienen
               más probabilidades de lograr una mejor educación propia, sino que también tienden a tener hijos que
               alcanzan niveles de educación más altos (Gould, Lavy y Paserman, 2011).




               GRÁFICO ES.1 Seguridad hídrica equitativa e inclusiva para lograr la prosperidad compartida en
               un planeta habitable



                                                                                                             gua
                                                                                                         de a nto
                                                                                                     tro     ie
                                                                                               m inis aneam
                                                                                            Su le y s                  Capital humano      Empleos e
                                                                                             tab
                                                                                           po                             Salud y           ingresos
                                                                                                                         educación
                                                                                             Agricultura y otros
                                                                       Prestación de        sectores económicos
                                              Recursos                  servicios de
                                               hídricos               abastecimiento
                                                                                               Ec                      Capital natural   Capital social
             Cambio climático                                             de agua                   os                  Medio ambiente    Paz y cohesión
                                                                                                         iste
                                                                                                                m as                          social




                           Mejorar la resiliencia            Mejorar el         Mejorar la equidad
                              a los riesgos                 desarrollo y         e inclusión de la
                             hidroclimáticos               la asignación          prestación de
                                extremos                  de los recursos            servicios

                                                                                                                              Prosperidad compartida
                                                    Seguridad hídrica equitativa e inclusiva
                                                                                                                              en un planeta habitable


               Fuente: Banco Mundial.
               Nota: La seguridad hídrica se define como la disponibilidad de agua en una cantidad y calidad aceptables para la salud, los
               medios de subsistencia, los ecosistemas y la producción, junto con un nivel aceptable de riesgos relacionados con el agua para
               las personas, el medio ambiente y las economías (Grey y Sadoff, 2007). Los servicios de abastecimiento de agua incluyen riego,
               suministro de agua y saneamiento.




iv   AGUA PARA LA PROSPERIDAD COMPARTIDA
Empleos e ingresos. El agua también es un insumo esencial para la producción y su suministro confiable
tiene un impacto significativo en el crecimiento económico, la creación de empleos y los salarios (Mueller
y Quisumbing, 2011; Mahajan, 2017; Khan y otros, de próxima aparición). En los países en desarrollo,
donde la agricultura y los recursos pesqueros suelen ser los principales medios de subsistencia, el
empleo depende de forma desproporcionada de sectores que hacen un uso intensivo del agua y es muy
vulnerable a la disponibilidad de dicho recurso. Los sectores en los que se utilizan grandes cantidades de
agua son responsables del 56 % de los puestos de trabajo en los países de ingreso bajo y solo del 20 %
en los de ingreso alto. En África subsahariana, donde los empleos dependientes del agua representan el
62 % del empleo total, la poca disponibilidad de precipitaciones suele provocar un crecimiento negativo
considerable del PIB (Miguel, Satyanath y Sergenti, 2004; Petherick, 2012).

Paz y cohesión social. La administración y distribución de los recursos hídricos compartidos puede
afectar a la cohesión social y al riesgo de conflictos en los niveles local, nacional y transfronterizo. Si los
recursos hídricos se administran de forma eficaz y equitativa, pueden fomentar la confianza, inclusión y
cooperación entre las comunidades y, en última instancia, promover la paz. Sin embargo, si se administra
mal, el agua puede convertirse en un multiplicador de riesgos sociales y ambientales, agravando los
conflictos existentes o generando nuevos. Los países con grandes poblaciones, exclusión política de
grupos étnicos y un bajo nivel de desarrollo humano suelen ser más susceptibles a los disturbios civiles
provocados por las interrupciones del suministro de agua (Ide y otros, 2020).

Medio ambiente. El agua es el hábitat de la vida acuática, fomenta la biodiversidad y permite el transporte
de nutrientes dentro de los ecosistemas y entre ellos. El ciclo del agua regula la temperatura e influye sobre
los patrones meteorológicos y climáticos, o incluso los define. La erosión y la sedimentación contribuyen
a la creación de paisajes. En resumen, el agua sustenta la vida, fomenta la biodiversidad y permite que
nuestro planeta, extraordinariamente azul, sea habitable.



LAS DESIGUALDADES EN EL ACCESO AL AGUA DIFICULTAN EL DESARROLLO
GENERALIZADO
El agua es una fuente crucial de prosperidad, pero para aprovechar sus beneficios es necesario gestionar
y desarrollar de forma sostenible los recursos hídricos, así como distribuir los servicios de abastecimiento
de agua de forma equitativa e inclusiva. Sin embargo, las disparidades en el acceso a los recursos y
servicios hídricos están muy generalizadas. Estos desafíos, agravados por el crecimiento demográfico,
la urbanización acelerada y el cambio climático, suponen una amenaza significativa para la prosperidad
compartida.

Según las proyecciones, para 2100, los recursos de agua dulce per cápita de África serán 64 % inferiores
a los actuales. En cambio, se prevé un aumento del 0,4 % en los de Europa. Los países de ingreso bajo
también se verán afectados como consecuencia de la variabilidad estacional de las precipitaciones, lo
que agravará sus dificultades para acceder a fuentes de agua confiables. En todo el mundo, en 2022,
2200 millones de personas carecían de acceso a servicios de agua potable gestionada de manera segura;
3500 millones de personas no tenían acceso a servicios de saneamiento gestionado de manera segura
(OMS/Unicef/JMP, 2023); 1700 millones de personas carecían de servicios básicos de abastecimiento de
agua en su establecimiento de salud (OMS/Unicef, 2022a); y cerca de 550 millones de niños asistían a
escuelas sin servicios básicos de agua y saneamiento (OMS/Unicef, 2022b).




                                                                                                       RESUMEN EJECUTIVO   v
               Aunque en los países de ingreso alto también persisten disparidades significativas en el acceso al agua
               y al saneamiento gestionados de forma segura (Mattos y otros, 2021), los desafíos afectan más a las
               naciones de ingreso bajo y menos desarrolladas. Los países con un mayor porcentaje de personas que
               viven en la pobreza extrema también tienen un mayor porcentaje de personas que viven sin acceso al
               menos a los servicios básicos de agua y saneamiento. A pesar del aumento de la cobertura mundial,
               la brecha de acceso entre los ricos y los pobres aún es considerable. Además, en los países de ingreso
               bajo, el acceso ha retrocedido: en 2022, otros 197 millones de personas carecían de agua potable segura
               y 211 millones de personas carecían de saneamiento básico, en comparación con el año 2000. Ocho de
               cada 10 personas que por lo menos carecen de acceso a servicios básicos de abastecimiento de agua
               potable y 7 de cada 10 que carecen de acceso a servicios básicos de saneamiento viven en zonas rurales,
               y en las dos últimas décadas, se ha avanzado muy poco en la reducción de la brecha de acceso entre
               zonas rurales y urbanas en los países de ingreso bajo.

               El agua contaminada es una de las principales causas de mortalidad infantil (Kremer y otros, 2024).
               A nivel global, solo durante el año 2019, las malas condiciones de los servicios de abastecimiento de agua,
               saneamiento e higiene (WASH, por sus siglas en inglés) contribuyeron a entre 1,4 y 4,2 millones de muertes
               y entre 74 y 204 millones de años de vida ajustados por discapacidad (AVAD) a causa de la diarrea, las
               infecciones respiratorias agudas, la desnutrición y las helmintiasis transmitidas por el suelo (OMS, 2023).
               La falta de acceso a los servicios de WASH también afecta al desarrollo cognitivo, al rendimiento escolar,
               a la productividad laboral y a los ingresos.

               Las disparidades en el acceso al riego también son evidentes. Aunque la expansión del riego en los últimos
               75 años ha transformado el panorama agrícola global, los beneficios derivados de este sistema aún no
               se han repartido de manera equitativa. El género, la distribución de la tenencia de la tierra, la condición
               de clase social y el acceso al capital son factores que determinan la distribución de los beneficios dentro
               de los sistemas de riego. Los impactos diferenciales pueden notarse incluso entre continentes: los
               productores de arroz africanos se benefician poco del riego y del consiguiente desarrollo de semillas, pero
               deben competir con el arroz de bajo costo que se produce en las granjas de riego asiáticas.


               EL CAMBIO CLIMÁTICO PUEDE AGRAVAR LA POBREZA Y LA DESIGUALDAD
               El cambio climático se manifiesta principalmente por su impacto en el ciclo del agua. A medida que
               aumente la temperatura mundial, el suministro de agua será más imprevisible, aumentará la frecuencia
               y la gravedad de las sequías, y habrá más probabilidades de que se produzcan brotes de enfermedades
               tras las inundaciones (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático [IPCC], 2023).
               Estas perturbaciones y eventos extremos hídricos pueden dañar las cosechas, reducir los suministros
               alimentarios y los ingresos, elevar el precio de los alimentos y aumentar el riesgo de enfermedades
               transmitidas por el agua. Las perturbaciones hídricas también son una amenaza para la paz y la
               estabilidad. Se ha demostrado que las anomalías en las precipitaciones están asociadas a una mayor
               incidencia de conflictos y disturbios sociales, sobre todo en países donde la agricultura de secano es la
               fuente de ingresos dominante (Raleigh, Linke y Dowd, 2012; Hsiang, Burke y Miguel, 2013; Sarsons, 2015;
               Koubi y otros, 2021).

               Los países en desarrollo y los hogares pobres son los más expuestos a las perturbaciones
               climáticas. Durante el periodo comprendido entre 2000 y 2021, los países en desarrollo se vieron
               desproporcionadamente afectados por las sequías, con episodios más extendidos y graves que en los




vi   AGUA PARA LA PROSPERIDAD COMPARTIDA
países desarrollados. Los países en desarrollo también son más susceptibles a los riesgos relacionados
con las inundaciones y han sufrido inundaciones de mayor duración durante el mismo periodo. Dentro
de los países, las personas pobres de zonas urbanas están expuestas a un riesgo desproporcionado
de inundaciones (Hallegatte, 2016). Las viviendas de bajo costo en zonas de riesgo de inundación son
más asequibles para los pobres que las demás opciones (Zhang, 2016). A pesar del riesgo aparente de
las zonas propensas a inundaciones, los factores socioeconómicos a menudo obligan a los pobres a
asentarse en ellas.

Las perturbaciones climáticas pueden tener repercusiones importantes y duraderas en los hogares
vulnerables. Las personas pobres son sistemáticamente afectadas por la falta de mecanismos de
prevención y salvaguardas ante estos eventos extremos. Los impactos relacionados con el cambio
climático afectan desproporcionalmente a las personas más pobres, que usualmente no están aseguradas
o están parcialmente aseguradas. Ante ello, pueden prevalecer en situación de pobreza más profunda y
desviar sus inversiones que maximicen sus ingresos (Amare y Shiferaw, 2017; Di Falco y Chavas, 2009).
Por ejemplo, es más probable que los agricultores dejen de utilizar fertilizantes, lo que a largo plazo supone
un menor crecimiento del ingreso (Dercon y Christiaensen, 2011).

Las sequías y las inundaciones también pueden provocar una desinversión en el desarrollo del capital
humano, con un aumento en las tasas de deserción escolar de los niños como estrategia para afrontar
las dificultades financieras causadas por las perturbaciones hídricas. Las inundaciones extremas
también pueden incidir sobre la asistencia escolar al interrumpir el acceso físico a las instalaciones. En
este informe se estima que el ausentismo escolar provocado por las inundaciones extremas durante el
periodo de 2000-22 supondrá una pérdida de ingresos a lo largo de la vida de USD 565 000 millones a
los niños en edad escolar afectados a nivel mundial, especialmente en los países de ingreso bajo. Los
impactos interconectados y acumulativos de las perturbaciones climáticas en los ingresos y el capital
humano podrían hacer caer en la pobreza a entre 68 y 135 millones de personas más de aquí a 2030
(Afino y otros, 2020).


RECOMENDACIONES: DE CARA AL FUTURO
Cuando los recursos hídricos, las infraestructuras y los servicios no se administran, desarrollan y
suministran de forma adecuada, los desafíos relacionados con el agua (problemas de exceso, escasez o
contaminación del agua) pueden agravar las desigualdades y la fragilidad. En toda la cadena de valor del
suministro de agua, desde su origen hasta su distribución, hay tres tipos de intervenciones que pueden
mejorar de forma significativa la seguridad hídrica y, al mismo tiempo, reducir la pobreza y aumentar
la prosperidad compartida. Mediante estas intervenciones, se prevé lograr lo siguiente: 1) aumentar la
resiliencia frente a los riesgos hidroclimáticos extremos; 2) desarrollar los recursos hídricos a partir de la
distribución coordinada de los diferentes usos del agua, y 3) expandir la prestación equitativa e inclusiva
de los servicios de abastecimiento de agua y saneamiento.

El cumplimiento de estos tres objetivos requiere un conjunto integral de intervenciones. En este
informe se resumen las siguientes recomendaciones normativas que los responsables de formular
políticas pueden tener en cuenta para lograr una seguridad hídrica equitativa e inclusiva.




                                                                                                      RESUMEN EJECUTIVO   vii
                     	 Para aumentar la resiliencia a los riesgos hidroclimáticos extremos para los más pobres, se deben
                        tomar las siguientes medidas:
                         	 Implementar sistemas de alerta temprana sólidos e inclusivos.
                         	 Elaborar programas de seguros para riesgos meteorológicos y reducir la exposición a riesgos
                            hidroclimáticos mediante reglamentaciones y ayudas financieras.
                         	 Ampliar los planes de protección social para ayudar a las comunidades vulnerables afectadas
                            por inundaciones, sequías o ambos fenómenos.


                     	 Para mejorar el desarrollo, la administración y la asignación de los recursos hídricos, se deben
                        tomar las siguientes medidas:
                         	 Ampliar las soluciones basadas en la naturaleza con esquemas de financiamiento innovadores y
                            enfoques basados en pruebas.
                         	 Permitir la coordinación de la distribución de agua y la cooperación en este ámbito mediante
                            incentivos financieros y el intercambio de información.
                         	 Adoptar la contabilidad de los recursos hídricos para fundamentar las decisiones en materia de
                            distribución de agua.


                     	 Para mejorar la equidad e inclusión de la prestación de servicios, se deben tomar las siguientes
                        medidas:
                         	 Ampliar el financiamiento mediante reformas institucionales y arancelarias.
                         	 Establecer una gestión participativa del agua para garantizar la transparencia y la rendición de
                            cuentas.
                         	 Crear un entorno normativo y político propicio para fomentar las innovaciones.
                         	 Mejorar la coordinación de las instituciones a cargo del agua, la salud, la educación y la
                            planificación urbana.



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                                                                                                                        RESUMEN EJECUTIVO   ix
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