Una radio le devolvió la voz. Juana se lamenta de que Trinidad Apaza, su madre, no haya podido escucharla. Se fue a la tumba sin conocer la palabra de su hija porque el 2 de enero de 2005, catorce años antes de la emisión radial, la enterraron por culpa de un cáncer. Juana, muda del cuerpo y de la voz, en realidad, podía hablar. Pero no era ella la que hablaba, era su madre. Trinidad Apaza había puesto sobre su hija su propio cuerpo y sus propias palabras. Cuando el señor te mande, le decía, te has de agachar un poco, así, mirame, solo la cabeza, no todo el cuerpo, y le has de responder: sí don Gustavo, claro don Gustavo, está bien don Gustavo. Así has de hacer, ¿me entiendes, hija? Y Juana respondía con la cabeza: un movimiento hacia arriba, un movimiento hacia abajo. A Trinidad Apaza aquello no le gustaba. Ay, esta imilla, le volvía a decir. Te estoy diciendo, así como yo vas a ser, así como yo vas a decir. Quiero que me respondas con la boca, ¿has entendido? Entonces Juana respondía: sí mamá, claro mamá, está bien mamá. Más tarde, Juana diría por la radio que aquella era una forma de aprender a ser muda. Después de imitar cada inclinación del cuerpo, después de repetir cada entonación de voz, después de agarrar los trapos con el mismo empeño, después Más tarde, modulando la rabia con el micrófono de doblar la ropa reproduciendo el orden, Juana se en frente, Juana diría que ante el dolor se perdía el convirtió en su madre. habla y también el cuerpo. El 2 de enero de 2005, terminó la copia. Cuando La hija de Trinidad Apaza salió esa noche. Mientras Trinidad Apaza murió, Juana se quedó a cargo de caminaba se daba cuenta de que no solo escapaba la casa de don Gustavo. Un día, aprovechando de una casa, sino también de una madre y de sí la ausencia de la madre, el viejo se puso al frente misma. Así como yo vas a ser, así como yo vas a de la hija y le preguntó: ¿tienes hermanas? No, don decir, ay esta imilla, recordaba Juana. Pero ahora, Gustavo, respondió Juana. Qué lástima, continuó el mamá, ¿qué hago? ¿Qué has hecho vos? ¿También viejo. Ustedes las indias, las cholas, bien trabajan, te has salido? ¿Has vuelto? creo que nacen para empleadas, ¿no? En un mes mi hijo comienza a vivir solo y quiero para su casa una Las respuestas no las encontraría esa noche, como tu madre, una como vos. A ver, pensá, debes tampoco las siguientes. tener alguna prima, alguna amiga. Juana se quedó Una tarde, después de cuatro años de estudio en en silencio. la universidad, Juana estaba sentada en la oficina Más tarde, el día de la emisión, ella diría que aquella de una emisora y tenía un micrófono en frente. A su era una forma de perder la voz. costado, había otras mujeres como ella. Luego de una breve presentación, la conductora dijo: aquí Casi diez años después de la muerte de su madre tenemos a Juana, ella es comunicadora y tiene y cuatro antes de la emisión radial, Juana, con muchas cosas que contarnos. Juana, háblanos de diecinueve años, decidió dejar la casa de don tu experiencia. Gustavo. Salió una noche, la misma en que el sudor del viejo entró por primera vez a su cuerpo. Trinidad Yo también fui empleada, entonó la hija de Trinidad Apaza no le había enseñado nada sobre aquello. Apaza, y puedo decirles que recién ahora aprendí a Juana, mientras metía en una bolsa la poca ropa hablar. que tenía, pensaba en su madre. ¿A vos también MARCIO AGUILAR JURADO mamá? ¿A vos también, como a mí? Concurso de microcuentos “Si tus ojos vieran mi historia” - Banco Mundial Bolivia 2021